sábado, 30 de junio de 2007

Extracto de un cuento que aun esta en proceso de creacion.

Soledad

Esa tarde la paso recostado en su cama, observando detenidamente como las sombras de la oscuridad desplazaban la luz de la pieza, las cortinas no dejaban filtrar ningún rayo de luz proveniente del exterior al cual siempre reservo su distancia, el ruido de la calle era lo único fatal y siempre lo estimo de esa manera. Mientras el sonido de Barret invadía sus sentidos, seco unos cuantos minutos sostenido en el embrujo de sus cuadros de Renoir y Van Gogh. El ambiente sostenía un extraño y denso aire, jimmi formaba parte de la escena inmóvil de sus muebles, el velador sostenía un antiguo retrato junto a un cenicero lleno de cigarrillos a medio consumir, sus viejas ropas dispersas por la pieza delataban su pobreza. Por su mente desfilaban vagos recuerdos de su vida, desde hace algún tiempo la angustia y la pena se habían posesionado en su corazón, pero en esta ocasión el manto de la soledad era diferente. Aquella tarde Jimmi despertó al ser existencial que albergaba, comprendió que solo en el mundo se encontraba, emergió la paradoja de un dios bueno y un mundo imperfecto, inmediatamente se vino abajo el sistema social, su padre ausente, sus amigos etc. Mientras su alma se ahogaba en un mar de lagrimas el mundo lo atormentaba. El espacio y tiempo le parecía una tontera y siempre lo fue al estar condicionado a este, deseaba escapar, huir, perderse en el olvido para no saber nunca mas de este mundo de perros hambrientos por su cabeza. De nada servia un tiro en la boca, ni perder su tiempo e inteligencia en el engaño del alcohol y las drogas, por nada deseaba la oscuridad enferma de la sociedad ignorante, buscaba esa arma letal que acabe con todos sus enemigos antes que ellos terminen con él.

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